24/07/2010
Ahí, justo a la orilla del arroyo Jabalines y en medio del casco urbano, varias cruces con flores, desperdigadas en menos de 40 metros, se traducen en un pequeño pero siniestro cementerio.
Al menos ocho personas han muerto de forma violenta en ese espacio, en los últimos dos años.
Apenas el jueves ocurrió el más reciente crimen, en el que perdieron la vida dos personas, entre ellas un menor de edad. Ese día la escena fue atiborrada de curiosos, atraídos por el rugir de las ráfagas. Madres con sus hijos, jóvenes, personas adultas y ancianas, todos con aparente naturalidad observaban la imagen cruda de la violencia: los cuerpos fulminados por las balas, cuya sangre se confundía con la terracería del lugar.
"Ya no respetan nada, se matan a cualquier hora", dice uno de los colonos atemorizados, en referencia a que este hecho sucedió a las 09:50 horas.
Ayer, un día después, el panorama es de tensa calma. En los alrededores, una de las tiendas de abarrotes es el centro donde convergen las historias de indignación y pánico.
Los pobladores se quejan de que ya ni los repartidores de comida les quieren surtir. La mala fama no sólo abarca la Ampliación 20 de Noviembre, sino también el asentamiento que se encuentra al cruzar el arroyo, la Ampliación Federico Velarde, y los barrios aledaños.
El ambiente luce desolado. Muchas casas están abandonadas, llenas de monte, otras ostentan el letrero de "Se vende" o "Se renta", sin muchas esperanzas de encontrar un nuevo ocupante.
Sólo los adolescentes temerarios deambulan por las calles y juegan al equilibrio en el barandal del puente.
> Con temor. El propietario del pequeño negocio, que ha abierto sus puertas por más de 19 años, relata que ya lo han asaltado dos veces. Comenta que el vandalismo es un grave problema, pero los vecinos no recuerdan cuándo comenzó a arraigarse la inseguridad en estos asentamientos.
"Imagínese cómo nos sentimos. Aquí la gente ya no sale en las noches. Desde las seis o siete comienzan a refugiarse en sus casas, haga de cuenta que hay un toque de queda", relató el comerciante, que pidió el anonimato por temor a la reacción de los malandrines.
Otros se dijeron acostumbrados. Aun así, son ellos quienes viven tras las rejas. "Siempre tenemos cuidado de tener todo con candado porque son frecuentes los robos en las casas y metemos a los niños temprano", indicó un habitante de la Ampliación Lico Velarde.
> "A la mano de Dios". Los colonos aseguran que a pesar de que han denunciado la inseguridad de este territorio, los patrullajes son escasos y exigieron que se intensifiquen. Además, se pronunciaron por instalar una caseta de policía para inhibir la acción de los delincuentes.
Lamentaron que son los adolescentes y jóvenes, e incluso los niños, los que se dedican a actividades ilícitas. Los padres de familia temen por sus hijos.
Una de las vecinas que vive casi enfrente del siniestro sitio señaló que la drogadicción es el pan de cada día. Todos coincidieron en expresar su temor y también en ocultar su identidad... "¿Para qué queremos más problemas? Mejor nos queda encomendarnos a Dios porque de las autoridades no podemos esperar mucho", expresó una vecina a unos metros del lugar del ataque.
"Los rondines no pueden contra el crimen organizado"
A pesar del reclamo de más rondines policiacos en la zona donde mataron el jueves a dos personas, el director de la Policía Municipal descarta que sea una estrategia eficiente para acabar con el crimen organizado en ese lugar.
Trinidad Tirado Olvera agregó que la delincuencia organizada sabe evadir la acción de la policía y detectan los movimientos rutinarios de los agentes, por lo que cree que las rutas irregulares y aleatorias son las que podrían dar un mejor resultado.
El jefe policiaco asegura que ya cuentan con un plan de acción específico para ese punto, un radio de escasos 40 metros donde han ocurrido ya varios hechos de alto impacto social. Sin embargo, se reservó los detalles a fin de no alertar a los malandrines.
Sobre la propuesta de los colonos, de instalar una caseta policiaca Tirado Olvera advirtió que sería arriesgar la vida de los agentes policiacos al quedarse de base en ese sitio, el cual -reconoció- es considerado un lugar conflictivo.
Insistió en que el Gobierno Federal debe reforzar la seguridad en el municipio de Mazatlán, y entrarle al combate a la delincuencia organizada.
Destacó que la presencia de las fuerzas federales debe ser permanSente y no sólo por unos días, como se dio en meses recientes.
Exhortó a la población de las Ampliaciones 20 de Noviembre y Federico Velarde y sus alrededores a denunciar cualquier acción sospechosa al 089, el número donde pueden hacer los señalamientos de forma totalmente anónima; y al 066 para las situaciones que requieran respuesta inmediata.
Fuentes de Homicidios Dolosos informaron que se inició la averiguación previa de los hechos del jueves, pero no se reportan mayores avances para encontrar a los responsables del doble homicidio.